jueves, 21 de junio de 2012

Temas para reflexionar y actuar

Esto lo tomé del muro, o como se llame, del Facebook de una joven arquitecta, Erika Ávila. Son reflexiones que mucho vale la pena hacer, pero más, tomar alguna acción al respecto.

Me llama mucho la atención los comentarios que andan por la red... Hay de todo tipo: sin embargo puedo agruparlos en dos; el que tiene iniciativa y el que esta apático. En este último caso estuve mucho tiempo, pero ya no más. Renegando y criticando a la ligera situaciones que pensé no me iban a afectar por la razón que fuera, sin embargo me doy cuenta que no puedo ignorar los asuntos que nos competen a todos.Sé de gente cercana y conocidos, que reniega y renegará de los procesos electorales y de la clase política. Comprendo perfectamente su punto y pudiese concordar en algunos puntos, sin embargo, creo, y con todo el respeto que merecen mis contactos, que ustedes estan más mal que nosotros los que buscamos una causa, la causa se llama PROGRESO. ¿Por qué? Sencillo. Ustedes, a mi manera de verlos, ya no les importa absolutamente nada, ni para bien, ni para mal lo que suceda, están tan negados a creer que cada uno de nosotros con nuestra respectiva cooperación podemos cambiar nuestro estado de miseria. Y no me refiero a actos de 1 solo día en una casilla, o ser fanático de un personaje o afiliarte a un partido político.
 Creo que no comprenden que la chamba ardua la hacemos cada uno de nosotros empezando por pensar en dejar de vivir en la mierda; para después buscar soluciones para salir de ella, hasta lograrlo. No va salir a la primera, claro que no, pero donde carajos esta el orgullo propio, "la garra", el temple, la tenacidad... que todo ser humano debe de tener para alcanzar el éxito en todos los aspectos de su vida, y es entonces, que pienso que, tal vez ya no quieran salir de su zona de confort, que así con media mierda en el cuerpo no pasará nada. Que les gustan las cosas fáciles para evitarse tantos "trámites" y siguen alimentando a la corrupción, que saben que si hacen una tranzita, pues no pasará nada porque es chiquita y es inofensiva a comparación de los de arriba que se roban millones, que preferimos lo barato, lo made in China, Taiwan y similares, a nuestros productores mexicanos y regatear hasta el último peso pensando que ya chingamos al vendedor ojete, cuando los chingados somos nosotros por comprar artículos defectuosos o desechables, y eso, nos convierte en consumistas de primera... ¿En que nos hemos convertido?, queremos todo sin hacer algo por conseguirlo.
Yo no soy quien, para censurar o reprimir lo que "piensan", sólo digo, que cuando vayan a hacer alguna declaración del tipo que sea, tengan tantita madre y sean lo más objetivos y tener bases o fundamentos para hacer su crítica constructiva. Es feo, leer estupideces de cualquier índole, y cierro mi choro con la siguiente reflexión: A ustedes ¿de que lado del cristal quieren estar, del lado de los que se la pasan mirando los logros de otra gente en otros países que si tuvieron los calzones y la determinación y unión como pueblo para mejorar sin envidias, ni recelos y suspirando por sueños fallidos? o Luchar hombro a hombro sin miedo, con firmeza, con información, con conciencia, con crítica objetiva y con iniciativa para ayudar en que exista un progreso.
-- e.y.a.n.

miércoles, 20 de junio de 2012

CONSEJOS DE GOURMET

Bien, ahora comparto con ustedes un cuento más del libro Malos Pensamientos, de Rubén G. Oropeza. ¡Que lo disfruten!

Es extraño el proceder de la gente común. Les agrada criticar y juzgar a los demás, sobre todo cuando éstos incurren en costumbres y credos diferentes.
Ahí tienen por ejemplo los hábitos alimenticios: los vegetarianos, los naturistas, los macrobióticos, siempre serán incomprendidos por la gente carnívora, esa mayoría de inmisericordes depredadores a los que les fascina comerse una enorme variedad de seres vivos, a los cuales alimentan y después de un tiempo sacrifican, se los comen frescos o los procesan para su beneplácito, y para ellos esto es lo correcto. Nunca será criticada ni señalada nuestra actual “civilización” devoradora de cadáveres congelados y carroña procesada.
A mis 103 años de edad me conservo como si tuviera 40. Mi prodigiosa longevidad y mi fuerza las debo a mis hábitos alimenticios que, sin ser rigurosos, me mantienen en buena forma. Eso sí, soy muy cauto para evitar hábilmente las críticas de mis vecinos, a quienes de vez en cuando invito a comer y a probar mis excelentes recetas. Después de todo, soy un formidable chef: más sabe el diablo por viejo que por diablo, el sabio proverbio tiene razón.
En ocasiones reflexiono: si la actual humanidad poseyera el secreto de mi longevidad, esto crearía una peligrosa competencia que no sería conveniente para mis intereses. No, no, no: La humanidad destruye toda novedad, no son dignos ni están preparados para tales revelaciones. Afortunadamente, somos pocos los elegidos en la deliciosa preferencia de la antropofagia. Esto me hace sentirme como un agente secreto, o como un vampiro al que no conviene que se sepa de su existencia, pues de ser así su especie estaría en peligro de extinción.
Actualmente envidio a los depredadores selváticos, que tienen el placer de devorar vivas a sus víctimas. Probablemente intentaré tal hazaña con alguno de los jóvenes repartidores de pizzas que periódicamente me visitan luego de que hago un pedido telefónicamente. ¡Carne fresca y tierna, un suculento bocado al paladar! Una vez que logre esto volveré a mudarme, pues por este vecindario ya no pasan con frecuencia pequeños niños juguetones, como los que prefiero para abastecer mi frigorífico.
La carne humana es de lo mejor, se las recomiendo. Y recuerden, sean cautos con los vecinos. Ah, una última recomendación: no incluyan a sus parientes en el menú, pues producen muchos gases y piedras en el hígado. ¡Buen provecho!

FIN

Migraciones, reto actual


Por Gloria Fuentes

La población de refugiados y migrantes en el mundo ha crecido en forma exponencial. El fenómeno ha tomado tales características que la migración, con sus inevitables efectos, ha sido llamada "uno de los grandes retos del siglo XXI”.
Los desplazamientos humanos, portadores de transformaciones en múltiples ámbitos sociales, políticos y culturales, se remontan a los orígenes de la civilización. Históricamente, los grandes sucesos mundiales han implicado migración: las religiones y la economía produjeron peregrinos o colonizadores; las guerras desplazaron refugiados; los trastornos políticos han obligado a millones a abandonar su tierra natal; las innovaciones económicas atraen como imanes a  trabajadores y  empresarios; los desastres como la hambruna o las epidemias empujan a los sobrevivientes a dondequiera que parezca haber esperanza.
Por citar unos cuantos ejemplos, hubo significativas migraciones en el bíblico Éxodo, a bordo de los barcos vikingos o en las naves de los traficantes de esclavos y durante la guerra civil española, o con el desplazamiento secreto de refugiados judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Según estimaciones de los especialistas, 60 millones de europeos abandonaron su hogar, por diversas causas, entre los siglos XVI y XX. En Asia, 15 millones de hindúes, sijs y musulmanes fueron desarraigados por la reorganización de ciudadanos entre India y Pakistán después de la división del subcontinente en 1947.
Una de las migraciones más numerosas de los últimos años ocurrió en diciembre de 1996, con el repentino retorno de más de 450 mil refugiados ruandeses de los campos de Tanzania a su país natal, después de las sangrientas revueltas de 1994 y 1995. Obligados por plazos límite fijados por el gobierno, los refugiados vaciaron los enormes campamentos en menos de una semana e iniciaron el regreso a su patria. Aunque desplazamientos multitudinarios como éste son infrecuentes, todos los días migran miles de personas en el mundo, en busca de un nuevo hogar. Su presencia, necesariamente, produce cambios y genera inquietudes.

CIFRAS
Según datos de la ONU (2002-2003), alrededor de 175 millones de personas en el mundo residen actualmente fuera de su país de origen. El 60% de ellos viven en las regiones más desarrolladas y el 40% restante en las menos desarrolladas. La mayor parte están en Europa (56 millones), Asia (50 millones) y Norteamérica (41 millones). Casi uno de cada diez  habitantes en las regiones más desarrolladas es un migrante; en los países en desarrollo la relación es de un migrante por cada setenta habitantes.
Se calcula que hay 100 millones de emigrantes en situación regular en todo el mundo; a la cifra deben añadirse entre 10 y 30 millones de irregulares. En el curso de un siglo, los tiempos recientes las políticas demográficas de la mayoría de los países del Norte y del Sur han tendido a reducir los flujos migratorios, centrándolos en necesidades específicas del mercado de trabajo y en la inmigración de mano de obra cada vez más calificada. De cualquier manera, más de dos millones de personas llegan todos los años a los países del Norte, sin contar los clandestinos que, en el caso de Estados Unidos, según estimaciones, equivalen al total de los inmigrantes oficiales.
Sin embargo, las corrientes Sur-Sur son aún más importantes: los Emiratos Árabes Unidos tienen 80% de trabajadores inmigrantes; Arabia Saudita, 34%. Tailandia, Filipinas e Indonesia suministran grandes contingentes a Australia, Japón y otras partes. La  organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) estimó un millón de residentes extranjeros en Malasia antes de 1997, pero para fuentes privadas, alcanzarían tres millones. La migración en África es poco conocida y faltan datos precisos aunque, hacia 1990, incluyendo refugiados, la Organización Internacional del trabajo (OIT) los calculaba en 35 millones.
Además, los conflictos regionales han desplazado poblaciones enteras: más de 6 millones de afganos (33% de la población) huyeron al extranjero entre 1979 y 1994, según datos de la ACNUR, y más de un millón de bosnios fueron desplazados al interior de la República de Bosnia en diciembre de 1995.

CAUSAS
Entre las causas de las migraciones contemporáneas sobresalen: las generadas por la economía de mercado; la movilidad internacional de la fuerza de trabajo y la innovación tecnológica; la sustitución constante de trabajadores por subsidios de desempleo y jubilaciones anticipadas; el ansia e ingenuidad de la fuerza de trabajo joven y la temporalidad de los contratos; la disponibilidad permanente de mano de obra barata fuera de los países desarrollados; la atracción –potenciada por el efecto de los medios de comunicación– que ejercen los sistemas de vida y consumo de las naciones desarrolladas, y el ideal de progreso y libertad personal que ofrecen los países democráticos a quienes viven en regímenes autoritarios. Quienes emigran desde los países subdesarrollados quieren ser occidentales en lo económico, pero mantener la identidad y sus ideales espirituales. Las contradicciones y conflictos de interpretación tanto por parte de los migrantes como de los países receptores surgen aquí: la economía de mercado es occidental, y por tanto también la forma de cultura que genera.  Mientras los migrantes piden respeto a su identidad de origen, la sociedad anfitriona sostiene su cultura como valor definitivo: el trabajo que ofrece no es negociable en términos de identidad; sólo en términos económicos, como un valor de mercado. En ese contexto, las cuestiones de identidad se vuelven incongruentes para el receptor, aunque sean esenciales para el inmigrante, y esto es una fuente de conflictos que van mucho más allá de lo dialéctico.
Actualmente, preocupados por las consecuencias sociales, políticas y demográficas de la inmigración, alrededor de 40 gobiernos en el mundo, tanto de países desarrollados como en desarrollo, han implantado medidas tendientes a restringirla. Pero que no solucionarán la proliferación de desplazamientos humanos fuera de sus territorios natales. Suena a perogrullada pero si los niveles de vida, consumo, bienestar y calidad del hábitat presentes en los países receptores de migrantes lo estuvieran, aun cuando fuese en menor grado, en los expulsores, se reducirían por sí mismas las cantidades de quienes emigran en busca de la oportunidad de una mejor vida, a la que tendrían acceso sin necesidad de desarraigarse, ni de perder sus creencias e identidad. Recordemos que 52 de los 200 países que conforman el mundo hasta hoy, terminaron el siglo XX con mayor pobreza.
En julio de 2000 Kofi Annan, entonces secretario general de la ONU, propuso un pacto mundial para el correcto manejo de la comunicación, el comercio, la cultura y la inmigración a fin de evitar un mayor desequilibrio entre países ricos y pobres. Curiosamente los países que registran mayor emigración no son los más pobres, sino los de economía intermedia, que han  empobrecido debido al endeudamiento externo, los ajustes impuestos por el FMI y el aumento del desempleo por la implantación de nuevas tecnologías y la entrada de trasnacionales, que aniquilaron gran cantidad de negocios medianos, pequeños y familiares. Así pues, puede afirmarse que el gran fracaso de la economía de mercado es su incompetencia para distribuir equitativamente, entre todos los países, los recursos y modos de vida con los que intenta conquistarlos, pero sin integrarlos a  los beneficios de la participación económica.
La expectativa más extendida acerca de cómo evolucionará el fenómeno de las migraciones humanas en los próximos años es que se incrementarán hacia los países del Norte que, al cerrar sus fronteras, provocarían un aumento de la migración clandestina. Pero se prevé que la mayor atracción se dará entre países del Sur, pues la tendencia a la diversificación de sus economías demanda mano de obra. Además, se sumarán a la migración técnicos y profesionistas.
Independientemente de las cuestiones económicas, existen otros dos agravantes de la presión migratoria: los conflictos regionales y étnicos que producen migraciones hacia los países desarrollados, convirtiendo un conflicto social en problema político, y los cada vez más frecuentes desastres ecológicos con su acompañamiento de enfermedades y hambre. 
Son las causas, más que la manifestación del fenómeno en sí, lo que urge a replantear los enfoques sobre los derechos del hombre, la adecuada distribución de la riqueza, la ponderación de la ciudadanía, la conservación y racional explotación de los recursos naturales en nuestro planeta y el bien de la humanidad.












sábado, 16 de junio de 2012

El de los malos pensamientos

Ya publiqué aquí uno de los cuentos de Rubén G. Oropeza. Ahora, unos breves datos acerca del autor:

Rubén G. Oropeza es terapeuta de emociones por la vía del Tarot. Como autor ha
publicado el libro de relatos de terror, misterio y humor negro titulado Malos pensamientos.
Tiene escritos más de una cincuentena de cuentos infantiles y con Villa, Zapata y los otros,
escrito en coautoría con Gloria Fuentes, debuta en la temática del relato de la Revolución
mexicana desde un encuadre que, sin dejar de ser fantástico, aborda situaciones y personajes
más cercanos a la realidad.
En la actualidad trabaja sobre un tratado de Tarot, una novela y una nueva serie de cuentos
infantiles. Ha terminado la segunda parte de Malos pensamientos, que todavía está inédita.

jueves, 7 de junio de 2012

Ensalada cítrica verde

¿Algo delicioso, diferente y muy vitamínico para comer en los días calurosos?... Aquí va mi adaptación a una receta italiana del siglo XV. Pueden acompañar con pollo asado, pechugas de pollo a la plancha, o queso panela y/o de cabra. O comerla sola, una buena porción... ¡espero la disfruten, a mí me encanta!

Ingredientes para cuatro porciones

Frutas: 2 naranjas, 1 toronja, frambuesas o fresas

Verdes: Todo muy bien lavado, ya saben. Hojas de arúgula (es una especie de lechuguita amargosa, No “un pececito” como dijo en uno de sus programas de radio el farsante del “médico naturista” Abel Cruz); si no la encuentran, pueden sustituir con lechuga escarola; un manojo de espinacas, una lechuga italiana o sangría.

Aderezo: dos cucharadas de vinagre de vino, un poco de sal, mermelada orgánica de frambuesa (la de marca Caracha es deliciosa y la pueden consumir diabéticos porque está endulzada con miel de maguey; luego les doy más datos sobre esta delicia gourmet que se hace en México); si no la hallan, pues machaquen algunas de las fresas o frambuesas que tienen, con un poco de mascabado. Aceite de uva, cacahuate u oliva, tres cucharaditas.

Preparado: Se pelan las naranjas y toronja, quitándoles la parte blanca (es amarga) y se hacen gajos; si tienen tiempo para ello, también pélenlos.

Las hojas de los vegetales se lavan, escurren y secan con toalla de papel.

Para el aderezo, se bate primero la sal, el vinagre y la mermelada o fruta machacada y, ya que está muy mezclado, se le añade el aceite.

Luego, se acomodan las verduras y las frutas en un plato, se aderezan y se sirve de inmediato.






Ray Bradbury, un escritor que produjo durante 70 años fantasías científicas. Sus libros modificaron la forma de pensar de varias generaciones, pues una constante en su obra es el riesgo que existe de que el mundo termine dominado por las máquinas. Realizó más de medio millar de publicaciones entre cuentos, novelas, obras de teatro, guiones de cine y de televisión.

            Tres imperdibles de lectura son: Farenheit 451, Crónicas Marcianas y El Hombre Ilustrado. Del primero, a la fecha, desde 1953 en que apareció la primera edición, se han publicado más de cinco millones de copias. Trata de un gobierno cuya política es incinerar libros para evitar que la población se informe y piense.




 

domingo, 3 de junio de 2012

Escribir en México


LA TAREA DE ESCRIBIR LIBROS

Por Elvira García, columna “Medios de por medio”, 22 enero 2002.


“Si los legisladores mexicanos o los empleados de Francisco Gil Díaz (secretario de Hacienda en la época en que se publicó el artículo del cual comparto este fragmento) hicieran un sondeo entre 100 o 200 escritores, en edades de los 30 a los 60 años, descubrirían que de día son ciudadanos que tienen un empleo de tiempo completo o medio tiempo y que casi nunca tiene que ver con la escritura de libros, por el que reciben un salario mensual y entregan impuestos al gobierno.

Si preguntaran a qué horas escriben estos seres de doble jornada y doble oficio, encontrarían que lo hacen por la noche, entre las 21 y las 24 horas y por las mañanas o las tardes, el fin de semana. Si escudriñaran acerca de cuántas horas duermen, se enterarían de que a lo sumo 6 y media y por eso los escritores siempre tienen cara de extraviados. Si los cuestionarán sobre cuánto tardan, a ese ritmo, en escribir un libro, descubrirán que entre dos y cinco años; si les preguntaran si tienen quién les ayude a investigar, responderían que no, que investigan solos durante las vacaciones anuales de su trabajo de oficina. Si les interpelaran sobre con qué dinero pagan para las copias que sacan en la hemeroteca, los casetes, los libros que adquieren para documentarse, Gil Díaz se sorprendería al saber que todo eso lo liquidan con el dinero de su quincena”.

La cosa sigue igual, si no es que peor…




La vergüenza nacional



Hasta hace algunos años, cuando todavía los voraces de toda laya, nacionales e internacionales (ahora con la globalización, peor tantito, ya México parece sanitario de terminal de autobuses) eran menos voraces y se ensañaban menos contra sus objetivos, solía hablarse del orgullo nacional.
La agachonería proverbial de la inmensa mayoría de nuestra población encontraba mejor cauce, pues –pensaban– era mejor agacharse ante presidentes que lo parecían, que… bueno, ya saben.
Hoy, el orgullo ha sido abatido. La mayor parte de quienes vegetan en nuestra actual sociedad ni lo conocen, como tampoco conocen el honor, el valor de la palabra empeñada, la importancia de lograr las cosas a base de esfuerzo, la propia dignidad. Quizá al irnos minando el orgullo (ese orgullo que los poetas románticos atribuyeron a la raza de bronce) a base de escupitajos en el rostro, violaciones sodomíticas sin lubricante alguno y carcajadas insultantes luego de que “nos vieron la cara”, quienes se reparten la patria como botín han ido preparando la carne molida para que se la engullan los grandes voraces. No es de este sexenio nomás: ha sido un proceso que se aceleró a partir del ocaso lopezportillista. Quizá ese difunto ex presidente vislumbró (en nuestro país hay excelentes analistas pero no los pela nadie, al menos nadie de los que toman las decisiones; en su soberbia, los dictadorzuelos consideran a las voces de la conciencia que se expresan en los medios más o menos como virus del sida ideológico) lo que ahora está sucediendo, y por eso le ganaron las lágrimas en su último informe, no por inclinación a lo histriónico como los “malditos de la prensa” pensamos en su momento.
Sin orgullo, ni noción siquiera de por qué debíamos sentirlo, ya nomás nos dejaron la vergüenza. Y eso, para quienes todavía somos capaces de sentirla. Porque la inmensa mayoría, entre “talk shows”, “reality shows”, programas de chismes de lavadero y otras mierdas purulentas y plagadas de oxiuros que saturan los medios de comunicación electrónicos, están hechos justamente lo que los destructores de la patria siempre soñaron: carne molida, inerme e inerte, para que se la traguen sin problemas. Sin sesos, sin más aspiraciones que tragar cerveza, fornicar (además, mal), oír música chafa a todo volumen, engullir botanas transnacionales y ver el futbol.
Hay quienes se divierten mucho con las desbarradas cotidianas de quienes ocupan puestos en los podres (en esta errata como que me traicionó el subconsciente, ¿no?) ejecutivo y legislativo (las del judicial, por injustas y por incidir directamente en la carne viva de la carne molida, esas sí producen encabronamiento permanente, aunque de allí no pasa porque en esta democratura el pueblo vale menos que un comino). Será que se ríen por no llorar.
Pero, ¿hasta dónde nos va a llevar la desvergüenza de los de arriba, que es la vergüenza nacional ante todo el mundo? ¿En qué pezuñas –que no manos– está el destino de un país que lo tiene todo para triunfar, pero que hasta ahora no ha servido sino de pasto para voraces marranos (con perdón de los cuinos)?

sábado, 2 de junio de 2012


Para no dormir

Acabaste el día cansadísimo, la cama se antoja deliciosa. Pero apenas apagas la luz y pones la cabeza en la almohada, ¡paf!, el sueño ha huido.    

Antes de buscar otras causas paranoides de tu dificultad para dormir, o de zambutirte las nefastas pildoritas, pregúntate qué cenaste. Porque ciertos alimentos e ingredientes dificultan el dormir. Recordemos que somos los que comemos, y nuestro organismo, como los blogs, funciona en función de aquello que le estés dando como combustible.

Por supuesto, cada cuerpo (con todo y cabeza) es un mundo y no se puede generalizar absolutamente, como suelen hacer los médicos alópatas para dictar sus prescripciones. Pero, en general, aquí están los alimentos que, si los ingerimos en horas cercanas a la noche, o en nuestra cena, probablemente nos quitarán el sueño:

Café (obvio; la bebida de los desvelados, pero por ejemplo a mí ningún efecto antisomnífero me hace. Supongo que a menos que me bebiera diez tazas).

Chocolate (muy estimulante; tanto, que en la época de la Colonia llegó a prohibirse su consumo pues se consideraba afrodisiaco).

Refrescos embotellados (sobre todo las aguas negras del imperialismo; todos los que nos vemos obligados a desvelarnos sabemos cómo actúan y combinados con qué).

Alcohol (a menos que te duermas de la pura briaga, quienes beben alguna copa, en particular de licores fuertes como brandy, vodka, whiskey, ron o tequila, si de por sí andan acelerados, podrían sufrir un efecto contraproducente y en lugar de relajarse, acelerarse aún más).

Carnes rojas (su consumo reduce los niveles en el organismo de serotonina, que es una sustancia que contribuye a que podamos dormir).

Quesos duros (como el manchego, Chihuahua, etc., que son deliciosos, pero además de bastante grasa, contienen altos niveles de sodio, mineral que impide conciliar el sueño).

Especias (la comida demasiado condimentada, ya se sabe, además de excitar algunas funciones del organismo, al ingerirse por la noche como que duplica su efecto. Las especias en exceso irritan las paredes del estómago.  Si alguna vez has padecido unas agruras de ésas que ni con un litro de antiácido se quitan, sabrás a lo que me refiero).

¿Entonces qué? ¿Hay que cenar futa?... Pues depende cuál. Algunas de ellas producen ácidos que también pueden irritar las paredes estomacales. Nos dan también agruras, además de que podrían inflarnos. Estro le ocurre a muchas personas cuando comen plátano de noche (y no es albur, ¿eh?)

La receta es cenar ligero, pues comer mucho por la noche es fuente de incomodidades, gases, vientres hinchado y pesadillas (y no todos somos Bram Stoker, que concibió a su genial Drácula en medio de una indigestión). Y claro: nunca hay que acostarse inmediatamente después de haber cenado. Hay que esperar por lo menos dos horas, para dar oportunidad de que se realice la digestión.

Si puedes, establece una rutina para tu hora de ir a la cama. Esto es más sencillo para quienes trabajan con horarios fijos. Por lo pronto esto último no aplica para mis hábitos pues, debido a mi trabajo, mi vida es, en este aspecto, un verdadero desmadre.

En fin, ahí van algunas sugerencias de cenas nutritivas y ligeras que, según los especialistas, nos dejarán dormir tranquilos:

Cereal integral con leche y una fruta como manzana o pera (que no sea ácida, pues. Si no te cae el plátano, pues no le hagas al cuento); un sándwich de pollo o jamón, con lechuga o germinado de alfalfa; té, y gelatina o flan; pescado o pollo a la plancha con verduras al vapor y, si quieres, un yogurt descremado. Por supuesto, estos ingredientes son combinables entre sí.

Recomiendo asimismo el té de hojas de naranjo (muy relajante y delicioso), de hierbabuena o de manzanilla, como bebida nocturna propiciadora del sueño. Hay algunas fórmulas comerciales “amansalocos”. Funcionan, pero el problema es que algunos de sus ingredientes son muy diuréticos. Así que saldría junto con pegado, pues aunque te duermas bien un rato, tendrías que pararte al baño dos o tres veces durante la noche. ¡Buen provecho y mejor sueño!



     

     

     


Bueno, he aquí uno de los 25 cuentos que forman parte del libro Malos pensamientos. A personas que trabajan con música les ha gustado bastante.¡Disfruten el viaje! Y no olviden que todo comentario es bien recibido en este espacio.

TRAMPA MUSICAL

“Solicito joven guitarrista de rock con experiencia en el género, para asistir a una persona anciana y cuidar su casa”.
Estos extraños términos fueron leídos por Gerardo en un anuncio aparecido en el diario de ese día. Aunque le extrañó un poco, anotó con cierta premura el domicilio consignado en el anuncio y se apresuró para ir al encuentro del empleo.
El señor Armando Acosta, un hombre de unos 75 años, platicó con Gerardo durante largo tiempo; el anciano resultó ser un verdadero fanático de la música de rock, amplio conocedor de los máximos exponentes del género en las décadas de los 60, 70, 80, 90 e incluso del año 2000; hasta demostró sus conocimientos tanto de progresivo como de metal, dark y gótico europeo, americano y latino.
Gerardo estaba maravillado ante tanta información. Además, la colección que poseía el señor Acosta, tanto de discos de acetato como de CD’s era impresionante, pero lo que más llamó su atención es que, aunque su futuro patrón no era músico, tenía en su casa una amplia habitación llena de guitarras eléctricas y acústicas.
Armando era un hombre achacoso y enfermo pero, igual que era un fanático de la música, era un erudito en esoterismo y renombrado cabalista, respetado en un sinnúmero de logias filosóficas. Le explicó a Gerardo que deseaba un asistente que fuera músico, a fin de que le acompañara de  planta y le recreara cotidianamente con este arte. El sueldo que ofrecía era muy alto, por lo tanto, tentador, así que Gerardo aceptó de inmediato el empleo.
Su trabajo, además de bien pagado, resultó muy cómodo, ya que su patrón lo trataba como si fuera su hijo.
Una tarde, Gerardo contemplaba embelesado la enorme colección de guitarras. Armando lo sorprendió admirándolas. Entonces lo incitó a tocarlas e  interpretar algunas joyas musicales, pues, dijo, esos instrumentos habían pertenecido a luminarias del rock de todos los tiempos. “Las guitarras son como las máquinas —le explicó—, si no se trabajan de vez en cuando se atrofian”.
Los ídolos de Gerardo se hicieron presentes en su mente cuando interpretó, en los instrumentos originales, las piezas musicales que crearon leyendas.
Una tarde, llamó vivamente su atención una guitarra eléctrica de color rojo cobrizo guardada dentro de una urna de cristal transparente. Armando le comentó que dicho instrumento no había pertenecido a ningún astro del rock, sino que estaba esperando ser tañido por un ejecutante que reuniera ciertas cualidades espirituales y astrológicas, y que debía ser tocado en determinada fecha en la cual ciertos astros se conjugarían creando una figura armoniosa en el cosmos. “Será —dijo, emocionado— una conjugación de energías que abrirán un portal dimensional al combinarse con ciertas notas musicales”.
Pero luego explicó que, hasta ese día, él ignoraba cuándo sería exactamente la fecha en que ocurriría dicho fenómeno astronómico, y que por tanto esa guitarra era la única reliquia intocable en toda la colección.
Gerardo disfrutaba a diario de las interpretaciones que realizaba en los diferentes instrumentos, pero su codicia por tocar alguna pieza en la hermosa guitarra del estuche de cristal aumentaba día a día.
Un día, Armando le encomendó la custodia de su casa, explicando que debía realizar un viaje a causa del cual se ausentaría durante tres meses. Durante el primer mes Gerardo escuchó día y noche el enorme acervo musical, décadas de prodigios creados por exponentes que cambiaron magistralmente el sendero del rock en todas sus variantes. Día a día practicaba lo aprendido de tal o cual grupo musical y aumentaba sus conocimientos en el tema.
Al segundo mes, en el octavo día a la medianoche llamó su atención un extraño brillo que rebotaba en la oscuridad de la habitación de las guitarras: éste provenía del estuche de cristal. Intrigado sacó la guitarra prohibida, de la cual emanaba un extraño resplandor. Al sostenerla en sus manos sintió un estremecimiento de gozo y cautivado por la sensación se dispuso a ejecutar una canción de su inspiración. Ante su asombro, el sonido se amplificó como si el instrumento estuviese conectado a un amplificador de alto poder.
La ejecución de su canción se volvió una obertura y ésta a vez tornóse en una suite de hermosas figuras. Su virtuosismo aumentaba a medida que se sumergía en la ejecución automática, mágica y magistral… el sonido lo poseía, lo devoraba. El requinteo rítmico e improvisado creaba una verdadera obra de arte y ésta se enriquecía con la sabiduría musical que emanaba de sus manos magistrales, su ser se fundía en una rapsodia rockera.
Los minutos transcurrieron lentamente, hasta que el reloj de pared dejó de funcionar. El tiempo se paralizó, pero la ejecución musical parecía haber tomado vida propia.; la inspiración fluía desbordante y el ejecutante creaba nuevos sonidos, nuevas armonías, nuevas conciencias musicales. Gerardo no dejaba de tocar la guitarra, ésta lo poseía.
De pronto notó asombrado que ya no se encontraba en la habitación, su humanidad flotaba en un vacío sin forma ni color; veía sombras sin forma definida que vagaban y rebotaban entre sí como pelotas de goma. Cuerpos extraños, también sin forma definida, aparecían y se desvanecían. En fracción de segundos, el vacío se llenó de un tono grisáceo anaranjado. Entonces aparecieron paisajes planos e imágenes de personas carentes de volumen que caminaban de frente a paso sistemático pero, al caminar de lado, su perfil se veía como hojas de papel en un mundo de papel.
Gerardo, aunque azorado por tal visión, no podía dejar de tocar. Sudaba copiosamente y un frío aterrador inundó su ser. Ahora el vacío se llenó de color rosa azulado y aparecieron seres inconcebibles para el razonamiento humano: híbridos diabólicos que reían con estentóreas carcajadas, pero su risa era más un quejido lastimero que helaba la sangre… era una multitud de seres de inenarrable descripción que subían y bajaban desgarrándose entre sí, creando a la vez nuevas y horrendas formas que al moverse parecían devorar el abismal vacío, el cual era helado en extremo pero, por fracciones de segundo, se volvía ardiente como un horno volcánico.
Las manos de Gerardo no dejaban de crear esquemas musicales fuera de la razón. Ahora el vacío se volvió de color azul dorado cobrizo y la música se precipitó en una cascada de notas angelicales, la vertiginosa figura musical trascendió en acordes de paz dimensional y calma espiritual. Entonces se acercaron, como si danzaran, círculos, triángulos, cuadrados y otras innumerables formas geométricas de colores tornasolados y tamaño natural, cual si fueran personas de otra dimensión.
Gerardo tomó conciencia de que aquellos seres eran ángeles, arcángeles, querubines, coros y diferentes jerarquías celestes que le acompañaban y le rodeaban. Cuando volvió a ser consciente de su persona física, notó que ésta había cambiado: ahora era un humanoide de cristal de múltiples colores, elástico y sonoro… sentía cómo seguía tocando la guitarra, pero no la veía; más bien sus manos manipulaban una extraña plastilina incolora. Ahora su ser manifestaba una calma trascendental, su espíritu flotaba en paz y tranquilidad.
En ese momento trató de recobrar la conciencia acerca de quién era y de dónde procedía. Con dificultad recordó que se llamaba Gerardo, pero sólo de eso podía acordarse. Sintió cómo su conciencia se iba esfumando como un soplo de viento. Su ser estalló en millares de fragmentos de multicolores, luego en haces de luz y tomó conciencia de su acercamiento con el Creador. De su ser espiritual emanaba una lluvia musical y la voz del cosmos se manifestó en una multisonora gama de tonos nunca antes escuchados.
La música se conjugó en una sola estrofa de colores y sonidos. La explosión estelar que era él mismo creó una nueva galaxia con múltiples planetas. Nuevos sistemas de estrellas poblaron el vacío y se agregaron al cosmos, y en ellas nuevas formas de vida dieron comienzo…

-o-

Armando contempló consternado el informe del hospital psiquiátrico de la localidad: los médicos le informaron fríamente la situación clínica de su empleado Gerardo, el cual se encontraba en estado catatónico desde hacía más de un mes. En raras ocasiones, le explicaron, el paciente mostraba signos de conciencia. Se apreciaban pérdida de la visión, del oído y del habla, y con frecuencia se contorsionaba como si tocara frenéticamente una guitarra imaginaria. Podía durar así hasta cinco horas, para volver a caer en la inconsciencia absoluta.
Luego de este último comentario, el médico a cargo propuso a Armando que diera su autorización para practicar la eutanasia al paciente. Con lágrimas corriendo por sus mejillas Armando aceptó, firmó el documento e informó a los médicos que desconocía por completo si el infortunado Gerardo tenía pariente alguno.
Días después Pedro, un experimentado guitarrista de rock, pero desempleado, aceptó el trabajo que el extraño anciano que había puesto el anuncio en el periódico le propuso. A la semana de estar laborando allí, don Armando le indicó que se ausentaría durante tres meses y dejaría su casa a su cuidado. Le dejó una buena cantidad de dinero que sería suficiente hasta su regreso. Le dijo que podía disponer de todo. Sólo le suplicó que no tocara la guitarra de color rojo cobrizo que se hallaba dentro de un estuche de cristal, pues ésta había pertenecido a su hijo Gerardo, quien había fallecido en forma un tanto trágica.
Al segundo mes, al octavo día, a la media noche, algo llamó la atención de Pedro: un extraño brillo provenía de la habitación de las guitarras; para ser exactos, emanaba del estuche de cristal…

-o0o-

¿Un blog como hay millones? Pues sí, quizá. La diferencia son los contenidos

Los malos pensamientos de Rubén G. Oropeza



A veces como un relámpago, otras como un ratón que atraviesa una estancia furtivamente, haciéndonos dudar de su presencia, lo terrorífico suele irrumpir dentro de lo cotidiano. Parecería extraño, para muchos, que el horror y lo humorístico se unan, porque el humor negro es un género poco cultivado en nuestro ámbito literario. Y si a esta combinación se aúnan los ingredientes de la crítica social y la ironía, estamos frente a una mezcla muy atractiva, en la que los seres fantásticos que conocemos adoptan nuevos roles, salen de sus límites tradicionales y se adaptan a la convivencia con la realidad de los habitantes de un país como México.
            Malos pensamientos es una colección de relatos breves muy novedosos, sofisticados en su trama y fáciles de leer a la vez, en la que el autor, jugando con lo terrorífico, logra inquietar la imaginación de los lectores, entre sonrisas y reflexiones.